La crisis cultural y política de Europa se ha intensificado más en los tempranos años del nuevo milenio. Los debates más recientes han revelado la extensión de la crisis a un amplio público: Un millón de firmas a favor de incluir referencias a Dios en el preámbulo del proyecto de la Constitución Europea fueron ignoradas, se rechazó a Rocco Butliglione como miembro de la Comisión de la Unión Europea por sus convicciones Cristianas, las llamadas leyes antidiscriminatorias tienen tendencia a discriminar a los Cristianos, la promoción de la investigación que implica el uso de embriones humanos y los intentos de legalizar la eutanasia, que socavan el entendimiento claro de la inherente dignidad del ser humano, etc. Nuestra sociedad se encuentra en una encrucijada, no se puede hablar más de lo que es “normal”, lo anormal se ha convertido en la nueva norma. Europa no tiene futuro a no ser que encuentre el camino a su origen. “Europa, conviértete en lo que eres” – esta fue la llamada de Juan Pablo II a nuestro continente en los inicios del tercer milenio. Aún todavía parece que los Cristianos de un extremo al otro de Europa prefieren persistir en una aquiescencia pasiva. El proyecto aquí presentado aspira, de forma gradual, a ayudar a los cristianos a salir de los guettos existentes , en parte voluntarios, y en parte involuntarios.
Se dirige a animar a los Cristianos, más que hasta ahora, a unirse en un torrente de plegarias, a elevar su conciencia a los problemas culturales y políticos y a aumentar su sentido de responsabilidad para superarlo.
Este proyecto toma como punto de partida dos verdades que son a menudo olvidadas, incluso entre los bien intencionados Cristianos:
Primero, que nuestra fe debe abarcar todos los aspectos de nuestra existencia. Nadie debe sentirse exento de este deber social por razones de supuesta carencia de cualidades u oportunidades. Un primer paso hacia esto es la disposición de rezar por las preocupaciones específicas de la vida pública.
Segundo, la religión no es algo que simplemente heredamos. En la Europa del siglo XXI el Cristiano debe proporcionar la tradición cultural del pasado, el entorno social, la família... que ha recibido, integrándolo en su vida. Normalmente lo que más falta le hace son las herramientas espirituales e intelectuales. Por esta razón el proyecto además del aspecto espiritual incluye un apartado de “educación política y acción.”
A la luz de estas consideraciones, el proyecto propuesto bajo el lema “Europa por Cristo” está dirigido a fortalecer la esperanza de que las cosas pueden cambiar a mejor en la vida pública Europea, si los Cristianos de forma suficiente se comprometen a alcanzar este objetivo.